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Un chequeo acerca de los chequeos

Tremendo desconcierto se generó cuando nada menos que un médico planteó que no era tan importante hacerse chequeos rutinarios. En el marco del Taller de Herramientas para la Nueva Longevidad que desarrollamos en noviembre se presentó un debate interesante en la primera jornada, en la que nos acompañó Carlos Presman, que atiende en su consultorio cotidianamente a gran cantidad de personas mayores. De acuerdo a su experiencia y a investigaciones que lo avalan, Carlos puso en duda la necesidad de hacer los habituales chequeos de laboratorio, análisis completos de sangre que muchas veces son anuales y suelen indagar en posibles valores fuera de lo normal, por ejemplo en los niveles de colesterol o la detección temprana de algunas de las variantes de cáncer. Según Carlos, “está demostrado que después de los 60 años los controles rutinarios de colesterol no son tan importantes en personas que no presentan síntomas como método preventivo de eventuales desajustes metabólicos.”

Carlos cerró su frase y creo que la mayoría de los que estábamos compartiendo el taller online nos quedamos con la duda de si habíamos escuchado correctamente. Luego de una breve pausa, Carlos agregó: “Por supuesto que es importante estar atentos a las señales que nos da el cuerpo y en base a ello la detección temprana de algunas enfermedades sirve para tener más y mejores chances de superar el problema o de mejorar la calidad de vida a lo largo del proceso diagnosticado, sea cual fuere.” La aclaración, lejos de dar por terminada la cuestión abrió la puerta a un intercambio que llevó buena parte del taller y que nos dejó a todos pensando.

Si no viste el episodio del Podcast vive+ en el que converso con Carlos Presman, éste es buen momento para hacerlo.

¿Cuántos chequeos, qué chequeos y para qué?

Hoy en día ya estamos acostumbrados a recibir en nuestras casillas de correo los resultados de un laboratorio de sangre, de orina, incluso de una resonancia o algún otro tipo de estudio e inmediatamente abrirlos para ser los primeros en observar los resultados. Guiados en general por referencias de mínimos y máximos valores esperados de acuerdo a nuestra edad, hacemos una primera evaluación de los resultados, como si lográramos comprender profundamente qué son los eosinófilos o para qué sirve la creatinina. Como en tantas otras cuestiones, la información está disponible online y si alguno de los valores nos llama la atención, de inmediato buscamos qué implica, empezamos a vincularlo con algún síntoma, determinado dolor aunque haya sido pasajero y así de a poco empezamos a construir en nuestra mente la idea de que “tenemos algo”. Vamos más despacio…

Yo también lo hago, es irresistible la tentación y no tiene nada de malo estar informado e involucrado. El punto que quiero traer es el siguiente: ¿hasta qué punto millones de chequeos anuales en personas asintomáticas aportan al cuidado de nuestra salud? ¿O será que estaremos haciendo un aporte más bien económico al sistema?

Según un documento de la Sociedad de Medicina Interna de Córdoba, Argentina, “El control periódico de salud es una oportunidad para el diagnóstico temprano y la prevención de enfermedades. Pero el mal uso, intencionado o no, de los test de screening puede producir más daños que beneficios.” El documento ofrece una guía para el uso racional de los chequeos, basado en evidencias y con un marco humanista. Y destaca que en 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó no realizar examen físico anual, análisis de laboratorio de rutina, radiografía de tórax y electrocardiograma en pacientes asintomáticos, sin perfil de riesgo.

¿Y por qué la ciencia recomienda no chequearse tanto? Básicamente porque los diagnósticos son en su enorme mayoría negativos y los diagnósticos positivos en general son previsibles en base a otras señales o síntomas. De nuevo: la recomendación es para pacientes asintomáticos. Y aquellos que presentan alguna señal, algo que les llame la atención en su organismo, un cambio metabólico, son los más indicados para acudir al chequeo general de laboratorio de manera más frecuente.

El documento de los médicos de Córdoba agrega un párrafo interesante, desde el punto de vista de los propios profesionales que nos atienden: “Los médicos corremos el riesgo de transformarnos en data enter y complementarios de los métodos. Toda cifra cuenta, pero no narra; asistimos personas y no a cifras. Separar los resultados del paciente de quien provienen, es mala praxis.” La idea busca profundizar en esa relación entre profesionales y “pacientes”, a quienes en vive+ preferimos considerar “practicantes”, buscando darles un rol más activo. Muchas veces en una consulta sentimos que somos un número más, que nos despachan en pocos minutos, casi sin escucharnos, que de inmediato nos mandan a realizar un estudio y a evaluarnos más por nuestros indicadores de laboratorio que por aquello que tenemos para decir. Y la medicina puede ser otra cosa, no es necesario convertirnos en una métrica más.

Otros chequeos

Un poco en base a todo esto es que quiero proponerte otra clase de chequeos, que no reemplazan a los anteriores, simplemente te agregan un punto de vista más cercano y palpable de cuál es tu estado de salud. Desde ya, si tenés dudas, dolores, síntomas fuera de lo normal, lo primero y más indicado es ir a ver a un médico y probablemente hacerte los estudios necesarios.

Esto es otra cosa: son ejercicios simples de realizar, que pueden ayudarte a entender fácilmente cuál es tu estado físico y que a la vez son predictores de cómo evolucionarán tus capacidades físicas en el futuro. Estoy hablando fundamentalmente de evaluar tu fuerza, la que está condicionada por tus músculos y que, a la vez, es una de las formas en que convergen de manera explícita todas tus métricas metabólicas, todos esos valores con números y letritas en capacidades concretas que te ayudarán a tener una vida autónoma y saludable.

Te propongo cuatro ejercicios, con objetivos diferenciados por edad y por género. La idea es que en un primer intento puedas verificar tus primeros resultados y cotejarlos con los objetivos que te propongo. No importa si no los alcanzás, son números ideales, que exigen tener una mínima preparación física. El punto es que ninguno es inalcanzable. Si estás lejos del objetivo, no es grave, pero resulta una señal importante de que tenés que hacer cambios en tus hábitos. Una adecuada preparación física y una buena alimentación te permitirán alcanzar e incluso superar esos objetivos, lo que resultará un chequeo espectacular de tu estado de salud y a la vez un predictor muy eficiente de tu salud y tus capacidades en el futuro.

Chequeos de fuerza vive+

Acarreo del granjero: trasladar un porcentaje de tu propio peso, mitad en cada mano, caminando durante un minuto. Ejemplo: si sos una mujer de 51 años y tu peso es 60 kilos, el ejercicio consiste en que camines durante un minuto llevando 15 kilos en cada mano. Tal vez lo único que puede complicarte es conseguir esa cantidad de kilos en cada mano. Si no vas a un gimnasio (donde hay pesas de todos los tamaños), podés usar bidones de agua o cualquier cosa que te sirva a tal fin.

 

  • 40-49 años: 80% de tu peso (mitad en cada mano) durante un minuto (hombres) y 60% del peso (mujeres)

  • 50-59 años: 75% de tu peso (hombres) y 50% del peso (mujeres)

  • 60-69 años: 50% de tu peso (hombres) y 35% del peso (mujeres)

  • 70-79 años: 35% de tu peso (hombres) y 20% del peso (mujeres)

  • 80 y más: 25% de tu peso (hombres) y 10% del peso (mujeres)

Colgarse de una barra, los pies suspendidos en el aire. En Buenos Aires hay muchas plazas públicas con esta clase de barras y otros dispositivos para realizar ejercicio al aire libre.

 

  • 40s: 2 minutos (hombres), 90 segundos (mujeres)

  • 50s: 90 segundos (hombres), 75 segundos (mujeres)

  • 60s: 80 segundos (hombres), 1 minuto (mujeres)

  • 70s: 70 segundos (hombres), 45 segundos (mujeres)

  • 80s: 1 minuto (hombres), 30 segundos (mujeres)

Sentarse en el aire, apoyando la espalda contra la pared.

  • 40s: 2 minutos (hombres), 90 segundos (mujeres)

  • 50s: 100 segundos (hombres), 75 segundos (mujeres)

  • 60s: 85 segundos (hombres), 1 minuto (mujeres)

  • 70s: 70 segundos (hombres), 45 segundos (mujeres)

  • 80s: 1 minuto (hombres), 30 segundos (mujeres)

 

Pararse en una pierna, primero con una, luego con la otra; y después lo mismo con los ojos cerrados.

 

  • 40s: 1 minuto (ojos abiertos), 20 segundos (ojos cerrados)

  • 50s: 50 segundos (ojos abiertos), 15 segundos (ojos cerrados)

  • 60s: 40 segundos (ojos abiertos), 12 segundos (ojos cerrados)

  • 70s: 30 segundos (ojos abiertos), 10 segundos (ojos cerrados)

  • 80s: 20 segundos (ojos abiertos), 8 segundos (ojos cerrados)

Son cuatro ejercicios que te van a permitir evaluar la fuerza de tus brazos, de tus piernas, tu capacidad de movilidad y tu estabilidad. Date el tiempo que necesites para mejorar tus músculos y tu capacidad de moverte, el secreto de tu longevidad está en la fuerza.

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