Salgo a trotar cada mañana, algunos días además hago mi entrenamiento de fuerza. Empiezo casi todos los días con mi rutina de ejercicio físico. Esto en sí es una dosis de estrés, es una actividad para la que debo hacer un esfuerzo, vencer mis resistencias, ordenar mis horarios, implica un orden y un equilibrio. Pero cuando, por los motivos que fueren, mi mente es tomada por otros factores de ansiedad, mi capacidad de absorber estrés se ve saturada y en esas ocasiones casi nunca logro hacer mi entrenamiento. No hay lugar para más estrés en mi cabeza y entonces busco ocuparme de resolver un tema a la vez.
¿Qué es el estrés? ¿Es como el colesterol y los policías, que hay uno bueno y uno malo? ¿Está mal padecer estrés? ¿Te estresa saber que podrías tener estrés? Son muchas preguntas sobre un estado emocional y fisiológico que hoy muchas personas padecen de manera cotidiana y que no alcanza a ser catalogado como un problema concreto del que ocuparse. Más bien parece ser un síntoma pasajero, como un dolor de cabeza que vino y se va a ir. Sin embargo en muchos de los casos es un síntoma que se instaló y no da señales de seguir de largo.
El término “estrés” viene de la ingeniería y la física: los materiales son sometidos a distintas exigencias, como la presión, distintas temperaturas u otras condiciones que permiten determinar la capacidad de resistencia de dicho material. En las personas el estrés refiere a una sobrecarga de la fisiología, que nos ayuda a generar un mecanismo de lucha o huida para sobrevivir. El problema es cuando empezamos a activar esta respuesta sin que haya una amenaza real.
Joaquín Grehan es un médico especializado en psico-neuro-inmuno-endocrinología (PNIE). En Instagram es mejor conocido como “El Dr. del Estrés”. Con Joaquín tuve la oportunidad hace algunas semanas de conversar largo y tendido y grabar el episodio del Podcast vive+ que se estrena este miércoles en nuestro canal de YouTube.
Joaquín Grehan, el Dr. del Estrés, en otro episodio del Podcast vive+.
Entre muchos conceptos super interesantes que aportó en la charla, dijo Joaquín: “Las reacciones emocionales no son cuestiones que pasan en la mente: pasan en el cuerpo, son el producto de reacciones fisiológicas. El cerebro es la glándula maestra del cuerpo y su función es acomodar lo que pasa adentro con respecto a lo que pasa afuera”.
El estrés es una respuesta a algo que percibimos que nos genera alguna clase de riesgo. Si olemos a quemado eso es una primera señal de que tal vez nuestra casa se está incendiando y eso nos hace apagar el fuego o huir. El olor a quemado es objetivo y no puede haber mucha discusión al respecto. Pero, ¿qué pasa cuando nuestra percepción es más abstracta y nos refiere mensajes como “En la calle estoy en peligro”, o “Si me junto con otra persona me puedo contagiar un virus”, u otras posibles especulaciones que no obedecen a un hecho concreto indiscutible, pero que tienen el mismo nivel de verosimilitud para nuestro cerebro que el del olor a quemado? En ese momento no tenemos ninguna duda, “en la calle estoy en peligro” y punto. Por lo tanto preferimos quedarnos en nuestra casa y cambiar nuestros hábitos para prevenir un riesgo que en definitiva es subjetivo y que tal vez nunca fue ni será real.
¿Estrés positivo o estrés negativo?
El estrés es una respuesta a algo que percibimos que nos genera alguna clase de riesgo. Si olemos a quemado eso es una primera señal de que tal vez nuestra casa se está incendiando y eso nos hace apagar el fuego o huir. El olor a quemado es objetivo y no puede haber mucha discusión al respecto. Pero, ¿qué pasa cuando nuestra percepción es más abstracta y nos refiere mensajes como “En la calle estoy en peligro”, o “Si me junto con otra persona me puedo contagiar un virus”, u otras posibles especulaciones que no obedecen a un hecho concreto indiscutible, pero que tienen el mismo nivel de verosimilitud para nuestro cerebro que el del olor a quemado? En ese momento no tenemos ninguna duda, “en la calle estoy en peligro” y punto. Por lo tanto preferimos quedarnos en nuestra casa y cambiar nuestros hábitos para prevenir un riesgo que en definitiva es subjetivo y que tal vez nunca fue ni será real.
Luchi Giambastiani es osteópata y también atleta, seguramente muchos la recuerden por el primer episodio de nuestro Podcast en el que contó cómo a pesar de ser una profesional de la salud, atravesó sus propios límites y se terminó generando una lesión por exceso de entrenamiento. “Todos los extremos son malos”, dice Luchi. “Yo lo hablo siempre con mis pacientes, percibir lo que nos pide el cuerpo y encontrar las claves para el equilibrio. Pero yo no pude ponerme un límite en mi propia vida y lo sufrí en carne propia”.
El exceso de entrenamiento y de exigencias llevó a Luchi a sentir ansiedad, angustia y finalmente a lesionarse con una fractura por estrés en un hueso de su tobillo, que la tuvo 8 meses sin poder hacer ejercicio físico. “Me costó mucho aceptar el límite”, cuenta Luchi. “La vida me invitó a tomar otro camino, a empezar a verla de otra manera y a conectar con el disfrute. La vida me paró y agradezco que haya sido así, mi lesión fue reveladora, me ayudó a recuperar salud en lo emocional, en lo físico y también en lo fisiológico.”
Luchi contó que, por el alto nivel de estrés al que se sometía, 5 años atrás había dejado de menstruar, a los 41. En esa época venía corriendo mucho y además había introducido variantes en su alimentación, entrenando en ayunas. Así logró dejar la medicación para la tiroides que tomaba pero también perdió peso y básicamente tejido graso. A un cuerpo que ya venía exigido, Luchi le agregó más estrés y generó una consecuencia metabólica. La grasa suele tener mala prensa pero es a partir de ella que se forman las hormonas que dan lugar a la menstruación y generan cada mes el potencial ciclo de la vida. El final de la historia es revelador: luego de la pausa obligada de 8 meses por la lesión, Luchi recuperó peso y capacidad de disfrute. Y poco después no sólo pudo retomar su actividad física sino que además volvió a menstruar regularmente.
Mis 10 imprescindibles para cambiar de aire y salir del estrés (podés hacer tu propia lista, que no sean más de 10). En la mía dejo de lado mi entrenamiento físico e incluyo 4 puntos musicales, porque eso es lo que a mí me genera la música:
Mirar el mar
Cocinar
Leer ficción
Buscar en YouTube algo que me haga reír
Mirar el fuego
Escribir
Un contexto que nos estresa más
Como cuando te conté por qué nos encorvamos, parte de la responsabilidad de todo esto la tiene el exceso de tecnología con el que nos habituamos a vivir. “Estamos en la era de la información”, dice Joaquín Grehan. “El tráfico de información al que estamos expuestos todos los días es tremendo porque es información que tiene impacto emocional. Entonces eso hace que la mayor parte del estrés que padecemos no tiene que ver con lo real, sino que refleja cómo manejamos nuestro mundo interno y qué tanto nos vamos creyendo el cuentito que nos va contando el cerebro. Cuanto más quedamos atrapados ahí, más estrés vamos a sufrir.”
Augusto Cury, es un médico psiquiatra brasileño experto en ansiedad. Según su visión el mundo entero está ante una situación de peligro por el elevado consumo de redes sociales y habla de intoxicación digital. “Hoy un niño de 7 años tiene más información que la que tenía un emperador romano”, dice Cury. “Esto acelera la mente y lleva a los niños y adolescentes, así como a los adultos, a vivir agitados, inquietos, a sufrir en la anticipación, a rumiar las pérdidas, las penas y las frustraciones, a trabajar muy mal sus contratiempos, a tener déficit de memoria, de concentración, incluso a levantarse cansados.”
Joaquín Grehan refuerza: “Hoy estamos en un mundo hipersensible en el que todo nos estresa y nada nos tiene que estresar. Y en realidad, si tenemos un buen manejo del estrés tenemos mejor capacidad para enfrentar los desafíos de la vida, hasta podemos crear los desafíos, si sabemos que sus resultados nos harán bien.”
Herramientas para el manejo del estrés sugeridas por Joaquín:
Dar un paseo, mejor si es por la Naturaleza
Cambiar de tema, hablar con alguien (buscar la interrupción del ruido mental activado).
Meditar, respirar (herramientas cotidiana para prevenir el estrés)
Rangan Chatterjee es un médico británico, autor de algunos best sellers, un podcast y varios contenidos audiovisuales en los que habla de la vida saludable y el bienestar. Uno de sus libros es “The stress solution”. Personalmente sigo de cerca sus contenidos que encuentro muy inspiradores, siempre siento que nos habla desde la calma, de la posibilidad de encontrar soluciones a los problemas y de construir defensas contra los que aún no se presentaron. Entre los múltiples contenidos de Rangan Chatterjee, les comparto este video en inglés en el que habla de la ansiedad y el estrés y de cómo implementar algunas herramientas simples para ayudarnos a controlar sus efectos.
Para cerrar, un último concepto de Joaquín Grehan (hay muchos más todavía, no se pierdan el Podcast): “La sorpresa es la emoción que más activa al sistema inmune. Eso lo genera hacer cosas innovadoras. Y una vida rutinaria, muy predecible, encerrada en un esquema muy rígido, va generando un desgaste muy grande porque las células sienten que ya no hay para qué vivir”.
Dejate sorprender por lo nuevo, salí de la rosca, dejá de rumiar y de hablar con vos mismo y con tus propias frustraciones. Buscá afuera, buceá profundo, indagá donde no conocés las respuestas. Viví experiencias en el aquí y ahora, en un hacer y no en un pensar. Ponete en contacto con otras personas, con otros temas, con otros espacios, pisá el pasto, tirate al agua, respirá. El estrés tal vez construyó una fortaleza a tu alrededor, pero si salís un poco y cambiás la perspectiva podés encontrarte con que se trata de un castillo de naipes.